¿Quién no ha
querido volver a la infancia? Aquellos días sin preocupaciones, obligaciones o
responsabilidades, sin tener que cumplir expectativas, sin miedo a decepcionar,
sin esta presión constante.
Aquellos días
inocentes, descuidados, sucios y felices, éramos libres, ¿o ingenuos? No se
esperaba nada importante de nosotros, todo eran sorpresas, descubrimientos,
amor y amistad. Esa amistad que aún conservas, a través de la distancia, esa
amistad que tantos recuerdos y buenos momentos te ha ofrecido. Esa amistad que
nunca olvidarás. Esa que te sacó tantas sonrisas, como una pareja de conejos,
uno rosa y uno azul. Esa que te apoya sin importar lo que pase, esa que te
construye un puerto seguro, sin juicios ni malas intenciones. Esa amistad que
te llena y te prometes no perderla nunca, pase lo que pase.